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04 obras confeti día del niñoMesa de t

En un viejo carromato, como aquellos que hace muchos años desaparecieron de los caminos junto con las últimas columnas de polvo, antes de las carreteras pavimentadas, el Circo llega al plácido escenario de un teatro, a la sombra arbórea de una plaza, a un crujiente tablado callejero o al patio bullente de una escuela.

 

Cualquier lugar es bueno para acoger el estallido de música, color, vistosidad y alegría que surge cuando El Circo alza la carpa y abre sus puertas.

 

Bajo el arco iris de su techo suceden y se alternan alegres ocurrencias, sorprendentes destrezas y tiernas emociones, que agitan el corazón del viejo arte de la maroma y el malabar.

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